Desde hace alrededor de 4 años, el Banco Central de Hungría, se dedica a “reciclar” billetes viejos y de difícil circulación, para luego entregarlos a las organizaciones de caridad, que luego tienen el objetivo de distribuirles entre las personas más necesitadas, que luego los usan después como combustible y calefacción, es decir, los queman para tratar de calentarse en esta fuerte ola de frió en Europa.

Esto es una noticia insólita, teniendo en cuenta que ese país, ha sido uno de los más golpeados por la crisis económica en Europa, la situación es tan grave, que ya incluso el 30% de la población ronda en indices de pobreza, aún así, el gobierno y el banco central, prefieren entregar esos billetes para que sean quemados.