Artículos publicados por juanda94

Copa menstrual desde 1930

copa menstrual plegable

Las copas menstruales son copas blandas y flexibles que se insertan en la vagina para captar el flujo de la menstruación. Fueron patentadas por primera vez en la década de 1930, pero nunca llegaron a ser populares. Casi 100 años después no están de moda, pero su uso está creciendo una vez que se dan a conocer entre las mujeres a través de sitios web de salud alternativos.

La primera reacción de las usuarias que están a favor es casi siempre es ¿cómo dices? Después van tomando conciencia de lo que se trata y de las ventajas que suponen. Las más atrevidas se lanzan de forma entusiasta: “Me encanta”.

“Compré uno en 1998 y sólo he usado cinco tampones desde entonces.” Dice dijo Rachel J. de 35 años.

Se han puesto en duda por cuestiones de seguridad, pero hasta ahora las copas no han podido relacionarse con el síndrome de shock ni con ningún otro problema médico. Inicialmente fueron dos las marcas que las comercializaban: Keeper, lanzada en 1987, fabricada de caucho látex y reutilizable y Instead, lanzada en 1997 y fabricada de polietileno blando y desechable. Las nuevas tendencias son la fabricación en látex quirúrgico que se limpian y reutilizan en cada ciclo.

Algunas mujeres las eligen porque temen que los tampones aumentan el riesgo tóxico o que las fibras de los blanqueadores puedan causar daño. A la mayor parte les gustan por el ahorro que supone: una copa menstrual de apenas 25 euros o dólares dura una década, mientras que el uso de tampones durante 10 años puede costar alrededor de 600.

Otras apuestan por la comodidad, el fin de bolsos llenos de aplicadores doblados y almohadillas arrugadas. Hay que tener presente que muchas mujeres pueden usarlas sin fugas hasta 12 horas, incluso nadando, haciendo ejercicio o durmiendo.

La reciente sensibilidad ecológica y respeto al medio ambiente estimula su uso para evitar llenar de compresas y tampones a los basureros. Toneladas de material de higiene femenina se desecha cada día entre los países desarrollados.

Harry Finley, fundador del Museo en línea de la Menstruación y la Salud de la Mujer, que cubre la historia y la cultura de la menstruación: “Nunca se convertirá en la corriente principal. Implica demasiado contacto con el cuerpo y creo que la mayoría de las mujeres son aprensivas al respecto”. Nunca se sabe, lo cierto es que los gustos cambian y lo que ayer era impensable su uso hoy puede ser tendencia.

Las copas que se fabrican en la actualidad se doblan y se insertan en la vagina con los dedos. Se fabrican en varios tamaños recomendados según sea principiante o sea una mujer que ha tenido hijos. Disponen de un vástago en la parte inferior que lo hace relativamente fácil de sacar, vaciar, enjuagar y reemplazar.

Mary F. Frost, presidenta de Instead, dice que su compañía vende de 12 a 15 millones de copas al año en Estados Unidos, que pueden abastecer a unas 150.000 mujeres.

El presidente de Keeper Inc., Lou Crawford, se negó a dar cifras exactas de ventas, pero dijo que el negocio vendía “decenas de miles por año”.

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