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Dopamina, amor y besos

Preguntamos al científico y periodista Sheril Kirshenbaum, autor del nuevo libro, “La ciencia de besar” lo que nuestros labios nos dicen, para hacer frente a algunas de las preguntas más frecuentes a la hora de besar. Tenemos curiosidad por saber lo que sucede dentro de nuestros cuerpos y cerebros cuando lo hacemos: besar libera sustancias químicas asociadas con el apego romántico y emocional (oxitocina) y el placer (dopamina).

La evidencia más antigua que tenemos de besar se remonta a textos en sánscrito de la India, hace 3.500 años, pero dado que vemos tantos comportamientos similares en las otras especies, los humanos probablemente se relacionan de esta manera desde los inicios. La presión y la estimulación de unir los labios para sentirse bien libera hormonas como la dopamina, a menudo llamada la droga del amor.

Pero no en todos los sitios es así, según cita la antropóloga Helen Fisher, ciertas tribus sudafricanas encontraban asqueroso besarse. Hay culturas que no besaban,  hicieron cosas como lamer, succionar o soplar en la cara del amante. Los Esquimales, Inuits de Canadá, así como Maoríes de Nueva Zelanda, hacen uso de la nariz de manera similar a la forma en que nosotros usamos los labios.

Un mal primer beso puede arruinar un posible romance. En una encuesta de SUNY Albany, el 59% de los hombres y el 66% de las mujeres terminaron una relación porque el primer beso fue malo. El hallazgo apunta a la manera en que inconscientemente se evalua la compatibilidad de reproducción a través del beso, “un buen beso puede ser señal de un futuro prometedor debajo de las sábanas”, dice Kirshenbaum.

Besar libera sustancias químicas asociadas con el apego romántico y emocional (oxitocina) y el placer (dopamina). Si tiene un impulso en la oxitocina y picos de dopamina, no se puede esperar para estar con esa persona que amamos. ¿Alguna vez se puso a besar a alguien y no tuvo suficiente? Échele la culpa a la dopamina. La sensación que produce la dopamina es similar a la adicción, más abundante en las primeras etapas de una relación y disminuye cuando desaparece la novedad. Pero debido a que la dopamina es más abundante cuando estamos con un nuevo amor, puede desempeñar un papel en la naturaleza adictiva del adulterio, dice Kirshenbaum. “Puede ser una de las razones por qué algunas personas se alejan”.

Olvídese del chocolate y las flores. Aunque la mujer puede sentir diferente al hombre, la investigación ha encontrado que un beso (o unos pocos) abre el camino al perdón. El efecto puede venir de la oxitocina y la dopamina que se liberan durante el beso. Besar puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. “La reducción del estrés es una buena manera de modificar una relación fracturada”, dice Kirshenbaum.